viernes, 4 de julio de 2014


Democracia colombiana dio un salto hacia atrás con el derrocamiento del alcalde de Bogotá

En la eliminación de un rival presidencial de su cargo con base en un tecnicismo legal, Juan Manuel Santos no le ha hecho ningún favor a Colombia


The Guardian, Jonathan Glenni

El mes pasado, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, tomó una decisión que podría socavar los intentos de presentar a su país como una democracia moderna y afectar al delicado proceso de paz que se está negociando con el grupo guerrillero de las Farc en La Habana. 

Se ratificó la destitución del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, segundo más importante político elegido por sufragio directo del país, y el ex guerrillero de más alto perfil en los cargos públicos.

El despido de Petro fue solicitado el año pasado por Alejandro Ordóñez, el procurador general. Una alta proporción de los funcionarios públicos en Colombia están relacionados con la violencia o el crimen organizado, o implicado en la corrupción - hasta un tercio de los miembros del Congreso se cree que tienen vínculos con bandas paramilitares. De hecho, anterior alcalde de Bogotá está en la cárcel por vender obras de construcción a sus compinches.

El crimen de Petro estaba fallando a seguir los procedimientos de competencia cuando se trasladó funciones de recogida de residuos de la ciudad de manos de cuatro grandes empresas privadas a la propiedad pública. No hubo ninguna sugerencia de cualquier tipo de beneficio personal.

En la mayoría de los países democráticos, este delito menor costaría el titular en las urnas; Se esperaba que Petro utilizar el trabajo de Bogotá como base para una candidatura presidencial. Pero en un movimiento que sugiere la democracia de Colombia a no ser más que una fachada, Petro no sólo ha sido derrocado, sino también prohibió presentarse a un cargo público durante 15 años.

Petro ha calificado la medida como un golpe de Estado. Esta es, quizás, el lenguaje exagerado, pero la naturaleza altamente política de este caso está fuera de duda. Los observadores reconocerán un intento deliberado de socavar un político de izquierda.
Petro, quien estaba llevando a cabo un programa de izquierda con audacia, se eliminó en lo que sólo puede ser descrito como un tecnicismo. Su derrocamiento fue implementado por un activista de derecha infame, Ordóñez, que ha compartido públicamente sus dudas sobre el proceso de paz.

A pesar de muchas críticas a su gestión como alcalde, Petro ha seguido siendo popular entre las clases sociales más pobres de la ciudad y de todo el país. Él ha tratado de reducir el transporte y el precio del agua para los más pobres, y aumentar el presupuesto de educación. Antes de convertirse en alcalde pasó muchos años confinados en vehículos blindados, con su familia bajo vigilancia constante, ya que descubrió vínculos entre los grupos paramilitares y los más altos cargos en la tierra. Él era, sin duda, un líder de conciencia elevada a un alto cargo por medios democráticos.

Todos aquellos que se preocupan por el desarrollo y la erradicación de la pobreza deberían preocuparse por este giro de los acontecimientos. Petro podría haber manejado el asunto de forma más inteligente, ya que estaba tomando en intereses poderosos. Pero se debe dejar a la gente para medir el éxito de un alcalde, no un grupo de funcionarios.
Los de la izquierda que buscan seguir una ruta política no violenta a la inversión de la arraigada desigualdad y el elitismo en la sociedad colombiana pueden mirar en este caso y se preguntan por qué se molestan. En un país donde la izquierda ha sido víctima de tanta violencia, los esfuerzos por integrar plenamente a los políticos de izquierda en el gobierno al más alto nivel deben ser justos y considerados justos. Eso ha sucedido en Colombia, sobre todo con el ex guerrillero Antonio Navarro Wolf, quien es gobernador del estado de Nariño, en el sur. Pero la causa se ha retrasado.

El presidente Santos, por supuesto, redactada su decisión en cuanto a cumplir con la ley y el respeto de las instituciones, y desde luego no puede haber sido una conclusión a la que llegó con facilidad. Tengo respeto por este presidente, a pesar de no estar de acuerdo con muchas de sus políticas, y creo que es la mejor esperanza para Colombia tiene paz formal que se acuerden. Pero tenía otras dos opciones.

Podría haber respetado la conclusión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a favor de Petro y pidieron su renuncia a ser re-evaluado. En su lugar, puso en duda la autoridad de la comisión - y el manejo de su gobierno de la relación con la CIDH fue criticado por su (ahora ex) vicepresidente. O podría haber permitido a un referendo revocatorio, llamado por muchos opositores de Petro y fijar para el mes próximo, para tomar su lugar. En su lugar, hizo un movimiento netamente político que, aunque legal, fue presumiblemente para apuntalar su apoyo a la derecha para las próximas elecciones presidenciales en mayo.

Algunos ven en este caso como una demostración de que el imperio de la ley triunfa sobre el interés político y partidista en Colombia. Lo contrario es cierto. Cuando un sistema legal confirma la eliminación de un líder democrático para este tipo de problema técnico que el problema es mucho peor que un ideólogo derechista abusar de su posición de influencia. Todo el sistema se pone al descubierto, y los temores de millones que nunca van a conseguir a un juicio justo está justificada.

Hay mucho que esperar en el país, pero esta decisión debería avergonzar a todos los colombianos que buscan ayudar a la transición hacia la democracia y la modernidad.


sábado, 22 de febrero de 2014

Bahamón, el paisaje cafetero lo llevó a New York


Por Mario López

Recién, Carlos Alberto Bahamón, acaba de ganar el derecho a que su idea pictórica de Times Square, la esquina más cara del mundo, sea el poster de la Artexpo New York 2014.

Había sido incluido en los 10 finalistas y un jurado popular vía digital le dio su veredicto.  Artexpo New York exhibe sus colores el 4 de abril y la Quinta Avenida de Bahamón convertida en afiche simbolizará la carpa artística de la feria en la versión 2014.

Allí también habrá un rinconcito en donde Bahamón colgará otras obras que sintetizan la impresión que el pintor tiene del mundo urbano.


Hace 46 años que Bahamón vio por primera la luz perezosa con olor a café que cae de las montañas andinas y que cubren a Ibagué, en el Tolima, Colombia. 

Sus amigos lo recuerdan como un muchacho de ojos vivaces que pregunta de todo sin esperar respuesta y que se movía en contravía del ritmo de la vida. En su adolescencia parecía distraído y disperso como buscando con afán un trofeo preconcebido. La calma le llegaba cuando frente a él le lanzaban el papel y el lápiz de color.

Terminó su bachillerato en el Colegio marista San Luis Gonzaga. Y de Ibagué pasó al frio bogotano donde se aburre en la facultad de Ingeniería Electrónica de la Universidad Distrital. Resistió 6 semestres.

Apropiado de su fracaso académico y distante de la parroquia ibaguereña tomó por las riendas sus desatinos y optó por trasegar por el único atajo que lo mantenía respirando. El dibujo y la pintura.

Se enclaustró en la biblioteca Luis Ángel Arango y se le iban días enteros entre los libros de arte  viendo cómo se derretían los relojes de Salvador Dalí. Persiguiendo la locura y transparencias del surrealista español, cayó en manos de Rembrandt, Velásquez, Piazzetta, Veronés, Tiziano y por ese desfiladero de todos los pintores barrocos.

Esa experiencia de entrar en los vericuetos de los clásicos de la pintura le confirma que  su adicción temprana a las formas, el color, el manejo de los espacios y el reto de descifrar la hoja en blanco iba a ser el sentido de su vida.

Pero el mundo de la creatividad artística es anchuroso y complejo. Entonces son Jan Veermer y Pieter de Hooch, pintores holandeses del siglo de oro (siglo XVII) y luego Pieter de Brueghel, recordado por sus grabados flamencos, quienes se encargan de ofrecerle la posada en donde Bahamón sienta sus reales y abre su tienda.

A partir de allí entra en un socavón creativo del cual ya no saldrá nunca: el tratamiento de la luz y la administración del espacio, pero aplicados al ambiente cotidiano y a la vida silvestre; lo que algunos llaman costumbrismo o visión primitivista y que en el fondo es poner en relieve la riqueza artística de lo elemental y popular.


A los 26 años (1994) se radica en Medellín. Lleva su timidez delante de alumnos jóvenes y viejos a una academia que lo contrata como profesor de Arte. Buena parte del tiempo se le va en preparar su primera exposición (1997), que no podría escapar a la aroma de la cultura cafetera. Esos cuadros exhibidos en la galería Arte Autopista quedan impregnados de la siembra del grano, la casa del beneficio con sus balcones enmaderados, los pueblos del vecindario, el mercado, el billar como punto de encuentro y toda la arquitectura social que brota de la cultura antioqueña.

Su bautizo de pintor en el barrio Latino de Paris es en septiembre de 1998. La galería Got, cerca de la zona universitaria, le acomoda 4 cuadros en una vitrina. El éxito no se hace esperar. Bahamón  es un creador paciente, prolífico y fiel. Lleva con Got (www.artchic.com) 15 años y con ella su costumbrismo ha sorprendido a visitantes en París, Saint Paul de Vence y la famosa localidad de Barbizón, recordada por la escuela del mismo nombre.

La primera etapa le toma todo un año y luego acumula 3 temporadas más en donde se le ha vuelto habitual recorrer la ruta de los museos como por inercia.

Vuelve a exponer en Medellín en 2004 en la galería Julieta Álvarez. Y es en ese periodo cuando su visita a la natal Ibagué se hace cada vez más espaciada.
Unos años después hace vida artística en Estados Unidos con Canapo Art Gallery (www.canapo.net) ubicada en Carmel by the Sea, California. Por esa puerta hace entrada a la vitrina del norte su obra. Para no desprenderse de su país, mantiene un fusible activo en la galería Montealegre (www.montealegregaleriadearte.com.co) en Bogotá.
Bahamón poseído de su modestia genética asegura que aunque ya tiene perfilado su rumbo todavía debe recorrer un trecho para consolidar su estilo.
Por el contrario, lo que uno observa al ponerse al frente de un Bahamón es que el todo y sus partes tienen su sello particular.

Maestro del detalle y la pureza. No escatima tiempo ni esfuerzo en pulir hasta el menor detalle. Los pintores tan dados a ofrecer un centro de atención impecable se relajan al configurar los anexos, para Bahamón el piso, como el techo o el recodo de la estancia son primordiales y los convierte en los privilegiados de su composición. Claro que importa el objeto pictórico pero para Bahamón es igual de significativa la trastienda distante.

Bahamón parte de la realidad, pero la interviene con el manejo controlado de pigmento y de luz en donde construye una atmósfera nostálgica y romántica. El clima y la estructura en los Bahamón son cálidos, rotundos y exactos. 


Disfrutar la obra del pintor es deambular por entre plazas, galerías, callecitas adoquinadas y caminos con huellas equinas. Nos ofrece sus iglesias, pero sus cuadros nos obligan a entrar a la ceremonia religiosa; no solo pinta el ruido del mercado popular sino que termina vendiendo sus viandas. Igual de riguroso es el tratamiento en el paisaje antioqueño, el café parisino o la capilla Sixtina. En todos ellos está la perfección y la homogeneidad policroma tan exquisita y bien lograda que no queda lugar para la duda.

Pintor de multitudes y de paisajes abigarrados. Sus obras son un monumento a la laboriosidad y al trabajo extenuante. No especula con sus temas ni los deja sugeridos, su entrega es íntegra. La limpieza, transparencia y precisión son sus herramientas.

Sus trabajos son generosos y de ingredientes selváticos, contrarios a su personalidad taciturna, discreta y en apariencia introvertida. En la cotidianidad es un autor de palabras mínimas, contrario a los discursos kilométricos que plasma con sus pinceles.  

Así es Bahamón, el incógnito y brillante talento aldeano que sin acudir a una sola clase de instrucción técnica o académica de las bellas artes ha sido un converso del destino autodidacta, que inventó su propio oxígeno y que sin hacer ruido conquista a Bogotá, Medellín, luego París y ahora tiene su firma en el afiche que le da personalidad a la Artexpo New York 2014.

Bogotá, febrero 2014















martes, 21 de febrero de 2012

¿Qué significa ser un sabio?


El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona. Aristóteles

El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca. Inmanuel Kant

El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y una cobardía ceder el paso a los indignos. Epicteto de Frigia

No es sabio el que sabe dónde está el tesoro, sino el que trabaja y lo saca. Francisco de Quevedo y Villegas

El sabio no enseña con palabras sino con actos.  Lao Tsé

Los sabios tienen las mismas ventajas sobre los ignorantes que los vivos sobre los muertos. Aristóteles

Los sabios emiten ideas nuevas; los necios las expanden. Heinrich Heine

El sabio en su retiro es útil a la comunidad. Lucio Anneo Séneca

El sabio sabe qué ignora. Confucio

Toda la tierra está al alcance del sabio, ya que la patria de un alma elevada es el universo. Demócrito de Abdera

miércoles, 31 de agosto de 2011

Poema: Cabaret Modernista de Ramiro Fonte

En los cafés, oasis de inutilidades ruidosas, Pessoa -Alvaro de Campos.



La ciudad proyectaba esta tragedia
al inicio del otoño con el paisaje
de los cafés soñolientos
recién llegada la noche
en las almas despobladas. Eran todos
los mismos personajes de novela
en otra hora muerta pero un poco
románticos y viejos.
Conformaba
el acto y la parábola
aquella singladura de cualquier extranjero
que nombrara los días en los que fuimos
islas cercadas por la fiebre del otoño.
Solitarios ojos de dama
que alguien recordaba tristes o azules en enero
eran ahora un río perdido.
La diletancia
cercaba semejante metamorfosis.
En lo más profundo de los vasos la evocación al mito
en la otra orilla de la noche que se abría
por caminos de gárgolas.
Los pasos
dejaban una estela de carcajadas.
Y el arte de magia de aquel telón
que nunca cae dejaba embelesado
a tan glorioso público.
Así se deslizaba el tiempo en calendarios
con lámina de algún impresionista francés
donde medir los días que caían
  como lluvia incesante
en sus grises corazones.

Poema de: As cidades da nada, 1983.

Ramiro Fonte Crespo fue poeta, narrador, ensayista. Licenciado en filosofía y artes. Estudioso de la literatura gallega. Fue fundador del colectivo poético Cravo Fondo. Como narrador se dió a conocer en 1986 con el relato "El retornado", merecedor del Premio Modesto R. Figueiredo. Nació en España en el año 1957 y falleció el 11 de cotubre de 2008.

martes, 30 de agosto de 2011

Poema: El viento y el alma de Luis Cernuda


Con tal vehemencia el viento
viene del mar, que sus sones
elementales contagian
el silencio de la noche.

Solo en tu cama le escuchas
insistente en los cristales
tocar, llorando y llamando
como perdido sin nadie.

Mas no es él quien en desvelo
te tiene, sino otra fuerza
de que tu cuerpo es hoy cárcel,
fue viento libre, y recuerda.

domingo, 28 de agosto de 2011

"la lectura es como el alimento; el provecho no está en proporción de lo que se come, sino de lo que se digiere". 


Jaime Balmes fue un filósofo y teólogo español. Nació el 28 de agosto de 1810. Recibió el doctorado en leyes civiles y canónicas en la Universidad de Cervera. Fomentó el resurgimiento del escolasticismo como soporte teórico del catolicismo. Murió el 9 de julio de 1848.