domingo, 24 de octubre de 2010

Libros digitales, palabras encriptadas


Cuando Johannes Gutenberg inventó la imprenta, allá por 1440, permitió que la escritura viviera un desarrollo exponencial, y que el libro como lo conocemos hoy en día se perpetúe en el tiempo y sea uno de los elementos indispensables para el conocimiento y la cultura.

Sin embargo, si bien los libros en papel son un aliado indispensable en la vida de las personas, ahora se vive una nueva revolución en la industria como es la llegada del "libro electrónico", que desde hace varios años intenta ganarse un lugar en la preferencia de los lectores.

Claro que para esto se necesita un cambio de cultura importante, vinculado con usos y costumbres y también, porque no, con la aceptación de las editoriales para ingresar en un negocio que avanza y se impondrá en un futuro no muy lejano.

Si bien en Estados Unidos y Europa los libros electrónicos están ganando terreno de manera acelerada, con la salida de dispositivos móviles de diferentes marcas y la aceptación de las editoriales de esta nueva manera de leer, Latinoamérica estaba bastante alejada de esta tendencia.

Ahora la empresa Grammata, de capitales españoles, llegó a Argentina y Uruguay presentando el "Papyre", un dispositivo que ya se utiliza con bastante asiduidad entre los usuarios españoles.

En tal sentido, los modelos que presentan en el mercado local -que estarán disponibles en noviembre- son el Papyre 5.1, el 6.1, el 6.5 Alex y el 6.2 Touch, con precios que van desde los 1.099 a los 2.199 pesos.

En España el Grammata posee el 50 por ciento del mercado y ahora desembarca no solo en Argentina, sino también en Uruguay y en otros países de la región.

Javier Larraz, socio de Gramata España, señaló que en el país ibérico tardaron "18 meses en darse cuenta que tenían que estar en este mundo del libro digital".

"Ahora llega el tiempo en que las editoriales piensen también a este formato como un nuevo lugar para presentar sus obras", expresó Larraz en la presentación de los nuevos dispositivos de libros electrónicos.

Larraz admitió que el mercado en español de los "e-books" tiene un desarrollo "muy lento", que "recién está arrancando, comparado con el anglosajón".

Por el momento, con la compra de cada Papyre, el usuario tendrá a su disposición 600 libros, aquellos que no necesitan de derechos de autor, y que en muchos casos son clásico de la literatura universal.

En Argentina de los alrededor de 100 millones de textos que se editan por año, sólo un 7 por ciento está digitalizado, según datos de una encuesta realizada en la última edición de la Feria del Libro de Buenos Aires.

El "libro digital" no solo permite leer una texto, con dispositivos que se pueden recorrer tocando en la pantalla, sino que también tienen audio, por lo que se puede "escuchar el libro", indicaron los especialistas.

Claro que lo que se intenta en Latinoamérica es tratar de armar una especie de Amazon en Estados Unidos, y comercializar libros de diferentes autores -no solamente los clásico de la literatura universal-, además de poder ofrecer textos académicos, de enseñanza y hasta judiciales.

Este "e-book", como se lo conoce mundialmente al dispositivo, soporta formatos abiertos de lectura como ePUB, PDF, HTML, RTF o DJVU, y en un futuro la idea es poder brindar la opción de leer diarios.

A su vez, Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, duda que el libro electrónico pueda continuar con la legendaria herencia que los libros de papel han desarrollado por siglos,

"Es una realidad que no hay cómo detenerla. Mi temor es de que el libro electrónico conduzca a una cierta banalización de la literatura, como ocurrió con la televisión, que es una maravillosa creación tecnológica que, con el objetivo de llegar al mayor número de personas, banalizó sus contenidos", indicó.

Fuente: Noticias Argentinas

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