miércoles, 21 de abril de 2010

Confesiones sin divan



Mi naturaleza casi siempre me impulsó a ir tras muchos objetivos. Pero, en los últimos años había llegado a cierto letargo, mis niveles de compromiso o de entusiasmo bajaron y si no fuera por el periodismo y uno que otro proyecto laboral, tal vez hubiera naufragado. Lo cierto, es que después de tanto divagar y entrar en un proceso muy nombrado pero tan poco conocido como es el "conócete a ti mismo" he decidido y posiblemente esto suene a declaración de principios seguir adelante con cuanta idea he querido llevar a cabo y que por pensar demasiado en las posibilidades las había dejado relegadas a un segundo, tercero, cuarto quizás hasta un quinto plano.

De modo que fusilé las ideas frustantes de más de un "amigo", "conocido", o parecido a los anteriores, y decidí echar adelante una actitud muy propia. ¿Pueden creer?, ya hasta había pensado -en medio de tanta modorra-, que la situación había pasado así como pasó la adolescencia. Pero en un momento, decidí profundizar en mi análisis sobre qué me frenaba en lanzarme tras los objetivos planteados. Es duro decirlo, pero uno se encuentra inseguridades, temores generados por esta y toda esa clase de mierdas que uno vive como ser psico-social que soy. Por fin intenté con algo mínimo -al que podemos llamar pequeños y tímidos objetivos -, y me percaté de algo que decía mucho, pero que ahora entiendo no había internalizado y es que de verdad el mundo conspira siempre a nuestro favor; que las casualidades no existen y que son causalidades son las que va generando las situaciones día a día.

Así, sin más ni menos, fui paso a paso (por cierto este blog y el grupo en facebook es parte de uno de mis tantos proyectos) porque al fin de cuentas quienes dijeron que mis montones de ideas eran imposibles de realizar seguramente nunca miraron al cielo y aunque sé que no tengo vida eterna, hoy me cae muy bien la frase de  Mark Twain, "Dentro de 20 años estarás más decepcionado por lo que no hiciste que por lo que hiciste". Agradezco a la Librería Noctua por hacer llegar a mi twitter tan pertinente mensaje, que por cierto desconocía. Creo que esta frase explica mejor mis acciones de hoy en adelante. 

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