domingo, 21 de febrero de 2010

Excusas, ¿Todo un cliché?


Por no haber tomado tiempo para llevar a la práctica el objetivo inicial de este blog durante el pasado año, hoy me propongo retomar la meta. En honor a la verdad les comento que en el inicio de este año 2010 me propuse hacer que mis lecturas fueran constantes. De modo que apenas estoy terminando un libro voy por el próximo, ya sea en la biblioteca de mi casa o en la tienda.

Sacándole provecho a la espera

Los últimos días del año 2009 me permitieron re-encontrarme con varias amistades que por distintas razones no habíamos podido seguir compartiendo. En un pequeño esfuerzo por conversar con una de esas amigas y gracias al retraso que le generó hacer todas las maromas pertinentes para deshacerse por un par de hora de sus hijos pre-adolescentes, terminé dando vueltas y haciéndo una parada en una librería en el Centro Comercial Santa Fé. Dos cosas conseguí ese día, retomar una larga conversación pendiente con mi amiga y un ejemplar de la novela "La isla bajo el mar", de Isabel Allende.

En la novela se recrea el barbarismo al que fueron sometidos los africanos esclavisados y llevados a la isla Sant Dominique, hoy Santo domingo y Haití. El enternecedor personaje de Zarité nos muestra la fragilidad del ser humano, en lo físico y espiritual, cuando es sometido. Tras la lucha por la libertad, en la que pasó cuatro décadas de su vejada vida, Zarité consigue el amor. Una salida literaria que quizás sirve para eliminar un poco el sabor amargo por las miserias causadas por el francés Valmorain quien es dueño de la plantación de azúcar y de tantos esclavos iguales y en muchos casos peores condiciones que las propiciadas a Zarité.

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