A lo largo del pasado medio siglo la obra literaria de José Emilio Pacheco es un referente en el mundo de las letras nacionales y latinoamericanas.
Personaje central de la literatura mexicana del último medio siglo, el escritor José Emilio Pacheco (ciudad de México, 30 de junio, 1939) no sólo ha construido una sólida obra que abarca poesía, novela, cuento, ensayo y traducción, sino también una personalidad cercana a los lectores y otros autores por su bonhomía y gentileza intelectual, alguien a quien sin rubor se puede definir como un auténtico hombre de letras.
Editor, maestro universitario, erudito literario y del acontecer histórico mexicano -cuyos escenarios políticos y sociales son frecuentemente señalados por el poeta-, a José Emilio Pacheco no lo envanecen ni los premios ni los homenajes. Enfrentado a la escritura como desde el primer día, el escritor considera su cotidiana tarea como "una lección de humildad".
Hoy José Emilio Pacheco -quien recientemente recibió en España los prestigiosos premios Cervantes y Reina Sofía- cumple 71 años de vida como uno de los autores pilares de la literatura mexicana y uno de los más representativos de Iberoamérica.
Con base en una íntima rebelión ante el sufrimiento y la violencia, José Emilio Pacheco ha sabido "construir una obra unánimemente admirada por su compleja sencillez, por su envidiable claridad, por su honestidad avasallante, por su maestría para borrar la primera persona del singular y fundirla, imperceptible y permanentemente, con la primera persona del plural", asegura el también poeta e investigador literario Vicente Quirarte.
"En la feria de vanidades de nuestra República Literaria, -apunta Quirarte- José Emilio Pacheco escapa a toda clasificación. La versatilidad de su trabajo lo hace indefinible (...). La familiaridad de los lectores con su escritura ha llegado a ser tan próxima, que ha logrado, en nuestro imaginario, perder su apellido para ganar el más próximo y cálido de José Emilio".
Desde la publicación de su Tríptico del gato, publicado en la revista Estaciones en 1956, Pacheco ya dejaba ver su sólida formación y la promesa de un escritor en ciernes. En la siguiente década lo confirmará con la publicación de tres libros perfectos: Los elementos de la noche (poemas); El viento distante (cuentos) y la novela Morirás lejos, en donde combina clasicismo y experimentación formales.
La poesía de JEP -como se conoce también al autor por sus iniciales- sublima su cercanía con los problemas cotidianos de la gente, no los que aquejan a políticos e intelectuales sino los de la gente de a pie. También una de las constantes en su trabajo es el amor como único paliativo a la violenta y asfixiante realidad. En algunos pasajes de su narrativa rememora la infancia y sus sobresaltos. Sus columnas periodísticas son ejemplo de vasta cultura libresca y su erudición histórica.
OPINAN SUS LECTORES
El poeta Juan Domingo Argüelles, destaca que "el libro de José Emilio que más me gusta está hecho de todos sus libros de poesía: Tarde o temprano (Poemas 1958-2000), (Fondo de Cultura Económica), que ha ido creciendo con el tiempo.
Se publicó por vez primera en 1980 e incluía su obra poética de 1958 a 1978, en total seis libros: Los elementos de la noche, El reposo del fuego, No me preguntes cómo pasa el tiempo, Irás y no volverás, Islas a la deriva y Desde entonces.
La segunda edición se hizo en el 86, y la tercera edición, revisada, corregida y aumentada es del año 2000, y añade otros seis libros: Los trabajos del mar, Miro la tierra, Ciudad de la memoria, El silencio de la luna, La arena errante y Siglo pasado.
La cuarta edición, otra vez revisada, corregida y aumentada, es de 2009, y añade a los 12 libros mencionados, otros dos: Como la lluvia y La edad de las tinieblas.
En total 14 poemarios en un solo libro, Tarde o temprano, que ha ido escribiendo José Emilio a lo largo del tiempo. Toda su poesía me parece un testimonio vital y estético de primerísimo nivel".
"Conozco a José Emilio desde hace al menos 25 años. Lo he visto personalmente algunas veces, hablo con él por teléfono y nos comunicamos también por correo electrónico. Es, para mí, una presencia constante. Lo admiro y le tengo un gran cariño, y él es gentil como su poesía", añadió Argüelles, Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1995.
El también poeta Eduardo Langagne recuerda así su acercamiento a la obra de Pacheco:
"Desde No me preguntes cómo pasa el tiempo, que tal vez leí hacia 1972, unos dos años después de su publicación, José Emilio Pacheco ha sido fundamental. Eran los inicios de nuestra lectura de poesía de manera más ordenada y sistemática. La influencia de Pacheco se advierte en la búsqueda de la expresión depurada pero transparente que captura, para liberar, realidades diversas. Una poesía con la complicada sencillez que otorga el pleno dominio del oficio. En la poesía de José Emilio se yergue un claro concepto del verso como unidad del poema, que se finca en la sólida consistencia de su composición formal y en su diversidad rítmica".
La primera vez que tuve oportunidad de convivir unos minutos con Pacheco -abunda Langagne- fue en 1976 en Puebla, en una lectura que ofreció en la Casa de la Cultura, a un ladito de la Biblioteca Palafoxiana. Con una sencillez que siempre apreciaré me preguntó por El ciervo herido, la hoja de poesía que publicábamos en ese entonces, y por prácticamente todos los que la hacíamos. Con su generosidad habitual, nos dio en aquellos días un poema para publicar en El ciervo. José Emilio Pacheco es un maestro en toda la extensión de la palabra. Afortunadamente, su decisiva actividad profesional nos permite aprovechar esa cualidad inmensa que ya no es tan habitual en estos años.
EL POETA Y LA CIUDAD
Nacido en la ciudad de México en 1939, Pacheco ha logrado fundir en su obra la autobiografía sublimada por el tamiz del recuerdo, una puntual geografía urbana, así como extensos referentes a la literatura y la historia. Así, el poeta y ensayista Hernán Bravo Varela lo describe como "un escritor anfibio que nos ha obsequiado una obra verdaderamente inestimable gracias al aplomo, la imaginación, la investigación y el ejercicio memorístico".
"Me tocó atestiguar una primera correspondencia entre escritura y vida cuando José Emilio y yo caminamos por las calles del centro, pocos días antes del terremoto de 1985. En cada esquina, en cada casa, José Emilio encontraba, jubiloso y compartido, un fragmento para construir el discurso amoroso de nuestra ciudad", afirma Vicente Quirarte, quien ha acompañado al poeta en largas caminatas para reconstruir su cartografía literaria.
En el momento del sismo, recuerda Quirarte, José Emilio se hallaba fuera del país, dictando clases en la Universidad de Maryland. Su conversación con la ciudad devastada quedó establecida en Elegía del retorno (del libro Miro la Tierra). Elegía del retorno es el mejor poema extenso escrito sobre el terremoto de 1985, porque en él la historia y la poesía se funden para construir un poema épico.
"Puede desaparecer la colonia Roma, como todos sentíamos los primeros días posteriores al terremoto. Pueden desaparecer sus edificios, sus voces y sus hábitos. Pero su geografía permanecerá en la Ciudad de la memoria (Era, 1989), en la escritura de José Emilio que deja testimonio de lo que sucesivamente, sin tregua y sin remordimiento, destruimos", concluye el autor de Desde otra luz.
VIOLENCIA Y LITERATURA
"La literatura sirve para cambiarte de manera individual, no tiene los poderes para cambiar a la sociedad. A mí me parece espantoso lo de la muertas de Juárez, por ejemplo, pero la literatura no lo ha detenido. Ojalá tuviera esa fuerza, pero no la tiene, sólo puede funcionar en términos de la conciencia individual y sensibilizar contra la violencia, la crueldad y darte una conciencia muy grande de la presencia del otro y de lo otro. Eso no lo tendríamos sin la literatura", le comentó al periodista Jesús Alejo, en noviembre de 2009, a su arribo a la FIL de Guadalajara.
"En medio de la situación que vive México, se ha levantado un movimiento poético que uno sólo puede explicárselo como una forma de resistencia a las dificultades", afirma Pacheco, quien se describe a sí mismo como "un observador consternado, que opta por la cobardía ante los acontecimientos en su país y en el mundo", declaró a la prensa en el marco del homenaje por sus 70 años de vida.
Recientemente, el narrador sinaloense Élmer Mendoza describió así al autor de El principio del placer:
"José Emilio es el escritor mexicano que es de todos porque él se entrega por igual. No es sectario, ni deshonesto, ni descalificador, ni apabullante, ni aburrido. Le gusta que uno trabaje, que defendamos, divulguemos y reinventemos la literatura mexicana. Es de una época en que él y sus amigos hicieron valer nuestra cultura como fuente de identidad universal. Es un hombre de sumas".
Pacheco -abunda Mendoza- es un autor para leer ahora, su fuerza creativa pertenece al tiempo de los siglos, no al de las atosigantes horas y minutos de la vida moderna... Nació en la ciudad de México en 1939 y es el ejemplo a seguir en cuanto a disciplina, búsqueda incesante y seriedad con que se debe desarrollar el arte.
Durante años su Inventario (su columna semanal en Proceso) se convirtió en el eje de lo que valía la pena conocer y en el modelo de por qué, para qué y cómo hablar de la escritura de los otros. Ojalá y lo publiquen pronto; José Emilio no sólo estará en nuestras conversaciones sino en las de esas nuevas generaciones de escritores que vienen pisando fuerte.
José Emilio -comenta Vicente Quirarte- ha sido fiel al texto impreso, en una que es literalmente, columna de la cultura mexicana, de la cultura desde México. Pocos espacios nuestros gozan del horizonte de expectación de Inventario... Difícilmente habrá un lector suyo que no conserve alguno de esos Inventarios donde el autor reinventa el término donde todo cabe: la agudeza de José Emilio, su amor a la verdad, su huida del lugar común lo obligan en cada una de sus jornadas a dar fe de las cosas como si por primera vez ocurrieran.
APUNTE BIOGRÁFICO
José Emilio Pacheco Berny estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México y allí inició sus actividades literarias en la revista Medio Siglo. Dirigió con Carlos Monsiváis el suplemento de la revista Estaciones, fue secretario de redacción de la Revista de la Universidad y de México en la Cultura, suplemento de Novedades, así como jefe de redacción de La Cultura en México, suplemento de Siempre! Dirigió la Biblioteca del Estudiante Universitario.
Profesor en varias universidades de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, e investigador en el Departamento de Estudios Históricos del INAH. Autor de dos novelas, Morirás lejos y Las batallas en el desierto, y de tres libros de cuentos: La sangre de Medusa, El viento distante y El principio del placer; así como un volumen de versiones poéticas: Aproximaciones.
Editor de la Antología del modernismo y obras de muchos autores como Federico Gamboa y Salvador Novo. Ha traducido obras de Samuel Beckett, Oscar Wilde, Tennesee Williams, T. S. Eliot y Marcel Schwob.
Es miembro de El Colegio Nacional desde 1986 y miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua desde 2006. Recibirá el doctorado honoris causa de la UNAM en septiembre del 2010.
INFORMACIÓN CORTESÍA DE CONACULTA
FUENTE: http://www2.esmas.com/noticierostelevisa/cultura/182145/jose-emilio-pacheco-escritor-complejamente-sencillo
Gracias por compartir la vida y obra de este gran escritor... como bien lo dice el titulo de la entrada... "Un escritor complejamente sencillo"...
ResponderEliminarHace unos meses me adentre a su estilo narrativo con "Batallas en el desierto", una obra que me parecio bastante buena :)--y de la cual escribí algo al respecto en mi blog-- Sin embargo, justo ayer termine de leer "No me preguntes cómo pasa el tiempo", una recopilacón de poemas que a decir verdad NO me gustaron :( ... creo que he leido cosas mejores (en mi muy humilde opinión)!! Saludos!!
Srta. o Sra. Yomarly Bustamante, en esta ocasión permítame felicitarlo porque después de mucho tiempo vuelvo a encontrarme con la figura del poeta José Emilio Pacheco, la primera vez que me encontre con él fue en el espacio mágico de los libros, él precisamente, presentaba la traducción del inglés de una poesía de Jorge Luis Borges (mi autor favorito) titulada "La luna de enfrente" ese hecho me llevó a sentir una gran simpatía por el maestro Pacheco. Por eso más que hablar de su obra, he querido expresar la carga emocional que me produce el titular JOSE EMILIO PACHECO, UN ESCRITOR COMPLEJAMENTE SENCILLO.
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