martes, 31 de mayo de 2011

P.Miguel Lamet novela la supresión de la Compañía de Jesús en el siglo XVIII



El jesuita Pedro Miguel Lamet aborda en su último libro la dramática persecución que culminó con la supresión de la Compañía de Jesús durante 40 años, alentada por Carlos III y decretada por el papa Clemente XIV en todo el mundo.
 
Autor de 37 libros, el escritor Pedro Miguel Lamet, narra en "El último jesuita" las historias paralelas y encontradas de dos hermanos que viven la expulsión y extinción de la Compañía de Jesús en el siglo XVIII.
 
Por un lado, Mateo Fonseca, secretario personal de Moiño (quien llegaría a ser el Conde de Floridablanca), que se ve inmerso en Roma en el proceso de supresión de los jesuitas por el papa Clemente XIV y el encarcelamiento de su superior general.
 
Por el otro, Javier Fonseca, religioso jesuita, que sufre en su propia carne la expulsión de la Compañía de Jesús de España, el penoso viaje sin rumbo en los barcos preparados para la deportación, el destierro en Córcega y Bolonia, y finalmente, su llegada a Rusia acogidos por la Zarina Catalina, en el único lugar en el que logró sobrevivir la Compañía y desde el que resurgió después en Italia.
 
En una entrevista con Efe, Lamet reconoce que esta novela histórica, publicada por "La esfera de los libros", "le ha supuesto un gran reto de investigación en archivos y para contrastar las versiones que se han publicado, de manera no global, sobre aquella etapa histórica".
 
"Es la novela histórica más dramática, rigurosa y apasionante que he escrito", confiesa el autor, que profundiza en las causas de aquella persecución, que en España -dice- "se realizó en un día y a golpe de bayoneta, salvo en el caso de Madrid, por orden de Carlos III tras firmar Clemente XIV un "breve" (un decreto de menor valor que una bula) en el que decretaba la supresión de la Compañía de Jesús".
 
Sobre las causas, el escritor ha dicho a Efe que "son amplias y variadas y se produce en unos momentos en que la congregación estaba en el cenit de su apogeo en Roma y en el mundo".
Por un lado "está detrás un problema político y de poder porque la Compañía tenía mucho poder desde el punto de vista cultural, no tanto económico como se ha dicho, de influencia en los confesionarios reales y en la nobleza, que generaba la envidia de otras congregaciones religiosas y clero secular".
 
También influyeron cuestiones teológicas como el jansenismo, la doctrina del tiranicidio expuesta por el padre Mariana, los intentos de beatificar al general Palafox, la publicación de la novela "Fray Gerundio" del padre Isla y, sobre todo, las calumnias acerca de las reducciones jesuitas de América (pueblo-misión de indígenas convertidos al cristianismo), principalmente en el Paraguay.
 
En realidad -afirma Lamet- "fue el miedo de Carlos III, al dar crédito a los infundios y calumnias que se vertían sobre los jesuitas en el sentido de que tenían un ejército de esclavos en las reducciones de Paraguay preparado para invadir España y matarle".
 
Los jesuitas, reconoce, también tuvieron culpa de que se llegase a esa situación "por el espíritu de cuerpo y el orgullo de sentirse mejor preparados, algo así como la aristocracia dentro de la Iglesia, un tema en que últimamente desde Arrupe se ha mejorado mucho al acercarse a los más pequeños y a los oprimidos, pero que entonces levantaba muchos recelos y envidias".
 

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