viernes, 23 de julio de 2010

Coelho habla sobre su oficio

Sabrina Rodríguez

 



"De alguna manera, cuando escribes, o te pones visible o de una manera oculta, pero siempre un libro, un cuadro o lo que sea es un espejo de ti mismo", asevera el autor de 'Diario de un mago', editado en España como 'El peregrino de Compostela'.







Santiago de Compostela, 23 jul (EFE).- El escritor brasileño Paulo Coelho confiesa que su primera peregrinación a Santiago de Compostela en 1986 le sirvió para materializar su "sueño", la de ser escritor, y por eso sostiene que la ciudad del Apóstol "no es el final del Camino", sino "el principio".

En una entrevista con Efe en Compostela, Coelho cuenta que fue cuando llegó a la capital gallega cuando se dio cuenta de que "o dejaba el sueño" u optaba por seguir adelante "a partir de aquí".

"Antes del Camino, yo tenía un sueño, que era ser escritor. Al llegar a Santiago, me di cuenta de que o dejaba el sueño, olvidaba el sueño, o seguía a partir de aquí. Santiago no es el final de Camino, es el principio", manifiesta Coelho, uno de los autores contemporáneos más leídos y cuyos libros han sido traducidos a más de 60 lenguas.

Ese año (1986) comprendió que debía "correr los riesgos" de comenzar su andadura como narrador, pese a no ser un "crío", y consiguió, finalmente, el "sueño de todo escritor", el de "ser un escritor leído".

Nacido en Río de Janeiro en 1947, Coelho sostiene que es "obligación" del literato plasmar en sus textos sus propios "miedos", "esperanzas", "ilusiones" y "momentos de depresión" para compartirlo con los lectores, y asegura que todos los escritores basan sus historias en sus vidas personales de un modo u otro.

Precisamente Coelho materializa este pensamiento en su nueva propuesta literaria, 'El Aleph', que saldrá a la venta mañana, sábado 23 de julio, y que narra experiencias autobiográficas durante un viaje de varios meses en el tren Transiberiano.

Conoce, así, a una joven de 21 años que le provoca una vuelta al pasado y un encuentro consigo mismo, es decir, descubre el 'aleph', un punto de encuentro donde confluye todo, explica el escritor.

A diferencia de otras obras suyas, su nuevo libro sale a la luz cinco años después de su viaje, pues es una vez transcurrido ese período de tiempo cuando comprende "totalmente" lo vivido durante el viaje y se ve capaz de transmitírselo a sus lectores.

Coelho puntualiza que "cinco" fueron los años necesarios para comprender sus experiencias místicas -el contenido del libro- y bromea con que necesitó "un mes" más para redactar la edición final de la obra, pues explica que la primera versión del libro es "siempre muy compleja" y contiene el "triple" de hojas que la versión final.

Dice que de sus viajes aprendió a no cargar con "muchas cosas", a seguir su propio ritmo, a guiarse por las señales y a depender de los demás, y agrega que la dependencia no es un síntoma de fragilidad, sino una "manera de agradecer a la vida y saber que el mundo no es tan amenazador como muchos piensan".

Coelho cree en el destino, en su caso el de ser escritor, si bien sostiene que uno puede desviarse de lo marcado. "Es tu libre albedrío negarlo y no vivirlo, o vivirlo -en referencia al destino-", dice.

Para el autor de 'El Alquimista', las redes sociales y su blog son una "manera de compartir" con los lectores, y asegura que disfruta "muchísimo" de la Red porque tiene así un mayor acceso a los lectores. "Es mi bar", dice.

Coelho, que se niega a "delegar en gente" para responder a las preguntas 'online' de sus seguidores, no entiende a los que ven en Internet un "enemigo", porque constata que la Red se convierte en una "vitrina" para el autor.

Asevera, en este sentido, que publicar en sus blogs fragmentos de sus libros posibilita al lector acceder a un texto y decidir posteriormente si lo compra o no, si bien reconoce que las editoriales deben buscar una fórmula para generar ingresos con este tipo de iniciativas.

El novelista considera una "tontería" decir que el "mundo virtual no es real", porque, recuerda, "hay muchas cosas que uno ve en la realidad que no son reales".

En cuanto al secreto de su éxito literario, insiste en que no tiene "ni idea", y describe la escritura literaria como una "relación sexual" entre la obra y el autor, por lo que rechaza incorporar sugerencias de sus lectores.

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